Conciencia: paso previo a la Confianza y el Compromiso

por Ximena Canosa [*]

Actualmente, la mayoría de las empresas a la hora de demandar a los colaboradores su contribución, lo hacen solicitando “engagement”, palabra muy de moda por estos tiempos. Al referirse a los colaboradores sostienen: “que no se comprometen” o que si “se comprometen”, y muchas veces lo atribuyen a las generaciones.
Dos preguntas suelo hacer en estas ocasiones, la primera: con que están comprometidos ellos?. Y por otro lado: que viene primero?: si la confianza o el compromiso?. Ya que ambas (confianza y compromiso) son construcciones vinculares.

Alguna vez ustedes se han comprometido con una persona, proyecto, organización, grupo humano o institución que no les despertara o inspirara confianza?. Pondrían su tiempo, energía y talento en un ámbito que no les resultara verdaderamente confiable?. Pedir compromiso, y ser confiable pareciera que son caras de una misma moneda relacional.
Como se dan cuenta que las personas están “comprometidas”?. A menudo me responden porque hablan bien de la compañía o el proyecto, permanecen en la organización pero por sobre todas las cosas: las personas están dispuestas a contribuir. Y este paso, sabemos que lo damos solo cuando sentimos motivación y confianza.
La confianza, calificada como blanda, es un capital duro, mensurable e influye en todos los aspectos de las organizaciones, las relaciones, los mercados y las sociedades.
Ya se defina la confianza como una fe o una lealtad mutua, o como una conducta ética, o se aborden los frutos que aporta en forma de capacitación, trabajo en equipo y sinergia; la confianza es la verdadera raíz y fuente de influencia para cualquier relación.
Ahora, reflexionemos acerca de este Juicio Valorativo que es la Confianza cuando la declaramos. Como construimos los seres humanos esta opinión?. Que aspectos y factores tenemos en cuenta para abordar el juicio de en quien confío o no? (ya sea en mi empresa, el estado, un  político, compañero, pareja o proyecto). 
Un primer aspecto y tal vez, el mas evidente, tiene que ver con la “capacidad” o competencia de la persona. De esta forma, delegamos confianza en el piloto del avión en el que nos acabamos de subir, o en el peluquero cuando nos sentamos en su sillón. Que capacidades y competencias les pedimos a un líder?. El saber popular dice “el que sabe, sabe … y el que no: es jefe !”. Generalmente valoramos su área de competencia (que sepa) y si no es técnico, le pedimos implícitamente al vinculo que sepa coordinar al equipo, delegar, planificar, comunicar, desarrollar, motivar e inspirar. Como estaremos siendo en todos estos campos?. Tengo la opinión, de que somos lideres en todos los ámbitos y que estas competencias, no son exclusivas de quienes tienen gente a cargo.
Al referirse al concepto de “Capital Social”, *Bernardo Kliksberg dice, “es ante todo, capital; es decir, un activo o valor que de manera periódica u ocasional amplia las potencialidades de generar beneficios, rentas o intereses. La materia prima son bienes socio-afectivos que elevan los índices de convivencia, comprensión, confianza, capacidad asociativa, conducta cívica y comportamiento ético”.
Sabrán los lideres y personas de una organización que ellos pueden construir o destruir Confianza?.
A nivel personal, la confianza tiene la integridad y las intenciones por un lado, y por el otro: las capacidades y los resultados. Desarrollemos algunas ideas entorno a cada punto.

Aparecen entonces, otras palabras asociadas al tema: con Integridad devenimos en la Credibilidad. Einstein nos decía “ Cualquiera que no sea cuidadoso con la verdad en los asuntos pequeños, no es digno de confianza en los asuntos importantes”. He vivido lamentables incongruencias laborales en mi trayectoria, y las sigo padeciendo. Lideres que hablan de “participación” sin dar el ámbito ni el espacio para la escucha, consultoras que venden “relaciones interpersonales” sin vivirlas, personas de RRHH muy poco orientadas a la gestión de las personas, lideres de gestión del Cambio resistentes. Sigo viendo muchas agendas poco “empáticas” a la hora de construir “Capital Social” y aprovechar el verdadero talento que los seres humanos tenemos para crear y transformar el entorno. Juegos de poder sin conciencia ni limites, que no solo se alejan de la integridad, sino que produce un deterioro en las sociedades organizacionales.
“Mi vida es un todo indivisible, y todas mis actividades convergen unas en otras  (…) mi vida es mi mensaje (…) Creer en algo y no vivirlo, es deshonesto” – Mahatma Gandhi.
La credibilidad esta íntimamente ligada a los Resultados. Volveremos a los lugares donde satisficieron nuestras necesidades de manera satisfactoria (restaurante, hotel) y evitaremos porque la confianza se vio deteriorada en los ámbitos o relaciones donde no. Sin embargo, podemos ser íntegros y no siempre alcanzar los resultados o metas que nos proponemos. Dos preguntas que son claves a la hora de perseguir resultados: Qué?  (nos proponemos lograr) y Cómo ?. Cuáles serán los medios y las metodologías para alcanzarlo?. Tal vez haya algunos “cómos” que no ameriten los “costos”. No es a cualquier precio, ya que la confianza puede quebrarse. De esto saben los expertos de mercados actuales, las crisis económicas son más crisis de ética y de valores, que de mercado.
La integridad nos confronta con nuestros valores mas profundos, estamos siendo congruentes con ellos?. Somos humildes para dar lugar al trabajo en equipo?. Solemos pensar en como repercutirá mi definición en mi entorno y contexto?. A la hora de tomar decisiones: es la más ecológica?.
Siempre valore la coherencia de las personas. Aunque en muchos momentos de mi vida, no acorde con las personas o las líneas a seguir. Las personas con integridad y coherencia me despiertan credibilidad y podríamos decir que previsibilidad. No necesariamente admiración.
Y acá, tal vez aparecen los aspectos mas controvertidos del tema. La primera integridad, es con nosotros mismos. A la hora de establecer compromisos con nosotros mismos, con nuestros valores y sostenerlos: como seremos?. Porque lo que esta vulnerable es la confianza en nosotros mismos cuando no los defendemos.
La confianza contribuye a entablar y mantener relaciones de todo tipo. A menudo esta incongruencia emocional entre lo que pensamos-decimos y hacemos, explica la tendencia a sospechar de los demás.
Honramos nuestras creencias y valores al actuar?. Seguramente, uno de los desafíos que mayor lucidez requiere en los seres humanos.
En el momento que existen sospechas  sobre la motivación de una persona, todo lo que hace queda contaminado – Mahatma Gandhi.
La palabra “intención” viene de “Plan” o “propósito”. Aquí también, las empresas somos habilidosas en perder confianza. Muchas “buenas intenciones” son mal comunicadas. Otras intenciones, no son tan buenas y subestimamos a los integrantes de la organización. Esto se suele ver claramente en las encuestas de clima, donde en el último mes refrescan hitos de un plan caduco de una herramienta que no llega a ser proceso instalado de trabajo. 
Aparecen temas filosóficos que exceden un artículo, y es valioso instalar. La post modernidad trae aparejada una crisis de confianza en las Instituciones que dificulta la convivencia en las sociedades. Encuentro una intima relación entre la palabra confianza con esperanza. La confianza social, requiere conciencia personal para alcanzar la construcción cooperativa de confianza mutua.
El mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años.
El segundo mejor momento, es hoy mismo. (Proverbio Chino).


* Bernardo Kliksberg posee 5 títulos universitarios y dos doctorados. Es una reconocida autoridad internacional en Responsabilidad Social Empresaria (RSE), y ética para el desarrollo. Fue galardonado en México, con el Premio 2009 a la trayectoria eminente en educación para la RSE en América Latina. Es el Asesor Principal de la ONU/PNUD para América Latina, el BID, la OIT y OEA. Posee 40 libros, un Best Seller “Hacia una economía con rostro Humano”. Su más reciente obra, escrita con el Nobel de Economía Amartya Sen, es Primero la Gente (5a edición, Temas, 2009).


[*] Ximena Canosa es Lic. en Administración de Personal, graduada en la Universidad del Salvador. Posee también el título de Técnico Superior en Análisis e Intervención en el Campo Grupal, Institucional y Comunitario, obtenido en la Primera Escuela Superior de Psicología Social, fundada por Enrique Pichón Riviere. Es master y trainner en PNL (Programación Neurolinguística) y posee también el título de Coach Ontológica Certificada (2.006). Tiene una maestria en RSC (Responsabilidad Social Corporativa) cursada en la UBA en el 2010. Actualmente se desempeña como Consultora en Capital Humano.


Las opiniones firmadas son responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan la opinión de ADRHA. 
Está autorizada la reproducción parcial o total de VÍNCULOS citando la fuente.  Hecho el depósito establecido por la Ley 11.723.  Propiedad de La Asociación de Recursos Humanos de la Argentina (ADRHA).